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Una persona herida emocionalmente puede convertirse en abusador infantil. El estudio, “Las experiencias adversas de la niñez, o “ACEs”,1 como se lo conoce mundialmente, ha demostrado que una persona herida tiende a herir a los demás. Las heridas emocionales se manifiestan en todos los aspectos de la vida, incluyendo el maltrato hacia sí mismo y hacia los más vulnerables e indefensos.

El abuso es cíclico. “El maltrato padecido por un niño, que con los años se convierte en padre, es el factor de riesgo más importante del maltrato infantil”.2 Los padres abusados en su infancia cargan con traumas emocionales que no han logrado identificar, y por lo tanto tampoco han podido resolver. Estos traumas infantiles pueden estar relacionados con el abuso físico, verbal, emocional o sexual, el abandono o la negligencia emocional, la violencia doméstica, las enfermedades mentales o suicidios en la familia.

Los estudios acerca del vínculo emocional entre los bebés y los padres han indicado que los niños que no desarrollan un apego emocional apropiado con sus progenitores, o con las personas que los cuidan, tienden a desarrollar una estima propia baja y están más propensos al auto abuso. Estos niños fueron víctimas de la negligencia emocional de los adultos que tenían la responsabilidad de cuidarlos física y mentalmente. Con el tiempo, adquieren conductas auto destructivas, como la automedicación, el uso y abuso de alcohol, drogas y sexo, y cometen actos de alto riesgo para sus vidas. Luego, ese abuso hacia sí mismos se extiende fácilmente hacia otras personas. Este fenómeno puede pasar de generación en generación.3

Este es el mismo mecanismo del bullying o acoso escolar. Los niños abusados en sus hogares, que son testigos de abuso doméstico crónico, tienden a sentirse impotentes e indefensos, y cargan un sentimiento de vergüenza tóxica. Este sentimiento de minusvalía los hace sentir como seres humanos defectuosos, que no valen nada, y que no merecen el amor de nadie. Para cubrir su impotencia y baja autoestima, los abusados se convierten en abusadores de niños vulnerables que no presentan ninguna amenaza para ellos. Así desplazan ese sentimiento de minusvalía, y por un momento se sienten “ganadores” ante el miedo y la sumisión de sus víctimas inocentes, que frecuentemente no cuentan a nadie el abuso padecido.

¿Qué es la negligencia física? Se denomina negligencia física al descuido de los adultos respecto de la satisfacción de las necesidades básicas de un niño: comida, vestido, techo, tratamiento médico, calzado, etc. Si estas carencias son producidas por la pobreza del entorno familiar, no tienen el mismo impacto negativo en la vida del niño.

¿Qué es la negligencia emocional? Se denomina negligencia emocional al descuido de las necesidades afectivas de los niños. Ocurre especialmente cuando los progenitores están demasiado estresados, ocupados, fatigados, o incluso bajo la acción del alcohol o algún estupefaciente, como para atender las necesidades emocionales del niño. Los besos, las caricias, los abrazos y las expresiones de simpatía y amor son fundamentales para el crecimiento afectivo de un niño. Los estudios científicos han demostrado que la falta de afecto emocional afecta la corteza y los ventrículos cerebrales, afectando el área del habla, del razonamiento moral, y la habilidad de poder relacionarse con otras personas de una manera segura y normal.4

¿Qué es el abuso verbal y emocional? Se denomina abuso verbal y emocional al insulto y a las palabras ofensivas que denigran la esencia del niño, que lo humillan, poniendo en duda quién es él y cómo es su alma. El abuso verbal define a la víctima de una manera sub humana y determinante, y lo deja en callejones emocionales sin salida: “Eres un imbécil; bueno para nada”. “Eres una basura, que no llegarás a nada bueno”. Estas palabras no dejan marcas físicas, por lo tanto la gente no se da cuenta de cuán destructivas son; quedan marcadas con ácido en el corazón y el dolor difícilmente se borra con el tiempo. Las palabras abusivas suelen ser sumamente hirientes, y más cuando provienen de las personas que se supone que nos amen.

¿Qué es el abuso físico? Se denomina abuso físico a los golpes o traumatismos infligidos con la intención de producir dolor en el cuerpo del niño. Las guardias de los hospitales están llenas de niños heridos, con laceraciones o quebraduras en cualquier parte del cuerpo. Cualquier atentado en contra de nuestro cuerpo que tenga como objecto lastimarnos a un grado superlativo y causarnos heridas físicas, es abuso físico, incluyendo golpear, patear, sacudir violentamente y quemar.

¿Qué es el abuso sexual? Se denomina abuso sexual al toque o caricia de los órganos sexuales de un niño, o de diferentes partes del cuerpo que son altamente sensibles al toque físico. Esto incluye también la penetración al niño indefenso de parte de alguien con mayor poder que él. Hay diferentes tipos y formas de abuso sexual, como hay diferentes clases de perpetradores; pero en todos los casos, el común denominador es que el abusador tiene el poder, la autoridad o la ventaja sobre la víctima, subyugándola y forzándola a hacer cosas o prestarse a prácticas sexuales violadoras de la voluntad y dignidad humana.

No importa la clase de abuso que una persona haya sufrido en la niñez, es importante identificar el abuso y buscar la sanidad emocional con la ayuda de terapeutas cristianos, que están entrenados para ayudar emocional y espiritualmente. Si no se busca ayuda, las percepciones distorsionadas por el abuso seguirán afectando la calidad de los pensamientos de la víctima, y eso afectará la calidad de sus emociones y obviamente su conducta.

Cuando Jesús apareció en el horizonte de la experiencia humana, se declaró el Mesías con las famosas palabras: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón” (S. Lucas 4:18).

No cabe duda de que Jesús sabía con qué tipo de situaciones íbamos a lidiar, cuánta destrucción iba a causarnos el mal, y cuánta perdida emocional, espiritual y física íbamos a sufrir. Por lo tanto, el Gran Sanador inauguró su reino con la promesa y la garantía de que él puede ayudarnos en el dolor y en las pérdidas de un corazón quebrantado por el abuso y la negligencia. El lenguaje del abusador es gritar, criticar, menospreciar, amedrentar y abusar. El lenguaje del que ha sido tocado por el amor sanador de Cristo es “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza” (Gálatas 5:22, 23).

Permitamos que Cristo rompa las cadenas del abuso que hemos heredado.

El abuso infantil

El abuso y la negligencia infantil son comunes. Al menos uno de cada siete niños ha padecido abuso o negligencia infantil en el último año en los Estados Unidos. Es probable que esto sea aun mayor, porque muchos casos no se denuncian. En 2020, 1,750 niños murieron por abuso y negligencia en los Estados Unidos.

Los niños que viven en la pobreza experimentan más abuso y abandono. La pobreza puede poner mucho estrés en las familias, lo que puede aumentar el riesgo de abuso y negligencia infantil. Las tasas de abuso y negligencia infantil son cinco veces más altas para los niños en familias con bajo nivel socioeconómico.

El maltrato infantil es costoso. En los Estados Unidos, la carga económica total de por vida asociada con el abuso y la negligencia infantil fue de aproximadamente $592 mil millones en 2018. Esta carga económica rivaliza el costo de otros problemas de salud pública como las enfermedades cardíacas y la diabetes.

Fuente: https://www.cdc.gov/violenceprevention/childabuseandneglect/fastfact.html.

1. “Fast Facts: Preventing Adverse Childhood Experiences”, CDC, en https://www.cdc.gov/violenceprevention/aces/fastfact.html, consultado en febrero 2023.

2. Ruth Gilbert, Rebecca Lacey, “Intergenerational transmission of child maltreatment”, The Lancet, 30 de abril 2021, en https://www.thelancet.com/journals/lanpub/article/PIIS2468-2667(21)00076-1/fulltext.

3. Claudia Tanner, “A tale of two toddler brain scans”, Daily Mail, 2 de noviembre 2017, en https://www.dailymail.co.uk/health/article-5043215/Brain-scans-toddlers-reveal-impact-childhood-neglect.html.

4. Ibíd.

El autor es doctor en Psicología y terapeuta familiar.

El abuso infantil

por Cesar De León
  
Tomado de El Centinela®
de Julio 2023