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La época navideña ya está aquí, junto con el ajetreo, las corridas y el caos que la caracterizan. En medio de esta vorágine tan difícil de evitar (aunque no imposible), uno de los “premios a la popularidad” se lo llevan los regalos. ¿Qué regalar? ¿A quiénes hacerles regalos? ¿Regalos hechos a mano o comprados? ¿Cuánto puedo gastar?

Aun así, hay tres regalos que puedes hacer (y hacerte) que no cuestan dinero, requieren poco esfuerzo y reditúan no solo en diciembre, sino que perduran en el tiempo.

La sencillez

Jesús, el centro de la Navidad, nació de manera sencilla, en un lugar sencillo. Vivió de manera sencilla, predicó enseñanzas sencillas y nos dejó en la Biblia un mensaje tan sencillo que cualquier persona lo puede entender y poner en práctica. Entonces, ¿por qué nos cuesta tanto la sencillez? Bueno, lo sencillo no siempre es fácil. El mundo en que vivimos no aprecia tanto lo sencillo. Por eso, buscar una vida sencilla es ir a contramano.

En esta Navidad puedes hacerte el regalo de la sencillez. Puedes elegir algo distinto, celebrar esta fecha especial de manera sencilla: con alimentos sencillos (que no requieran semanas de planificación), con regalos sencillos (y no por eso menos significativos), con actividades sencillas y cargadas de amor. En esta Navidad puedes regalar sencillez: a tu familia, a tus compañeros de trabajo, a Dios. El regalo que a Dios le encantaría recibir esta Navidad es tu corazón. Bastante sencillo, ¿no te parece?

El tiempo

Otro gran regalo para la temporada navideña es el tiempo. Existen muchísimos artículos, frases y videos que nos aseguran que el tiempo es un recurso mucho más valioso que el dinero. Cuando Dios creó este planeta, dividió el tiempo en días; y luego de crearnos, nos dio la responsabilidad de utilizar sabiamente el tiempo. ¿Cómo vas a elegir utilizar tu tiempo en este mes? ¿Lo pasarás haciendo preparativos sin fin, recorriendo tiendas y comercios, o pasando de un sitio web al siguiente en busca del regalo perfecto al precio perfecto? ¿O decidirás usar ese mismo tiempo con tu familia, ayudando a quienes tienen menos que tú, y recordando la Razón de la Navidad?

Este regalo es increíblemente versátil. Puedes regalarle tiempo a tu familia, haciendo actividades juntos que fortalezcan los lazos de amor que los unen. Puedes regalarle tiempo a Dios, tanto al dedicar un tiempo extra a conversar con él o al ayudar a alguien que necesita conocer a Dios por medio de tu bondad. Puedes regalarte tiempo a ti mismo, enfocando tu energía en lo que verdaderamente es importante para ti y cuidando de tu salud. El tiempo no da marcha atrás, y por eso es un regalo muy especial.

La gratitud

La Biblia tiene mucho para decir sobre la gratitud. Se nos alienta a practicarla en versículos como Colosenses 3:15: “Sed agradecidos”; 1 Tesalonicenses 5:18: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”; y Hebreos 12:28: “Tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios”. En la historia de la sanación de los diez leprosos, registrada en San Lucas 17:11 al 19, Jesús demostró que para él la gratitud es importante.

La gratitud es un regalo que se recibe con alegría y perdura en el recuerdo como pocos otros. Además, tiene varias características que la hacen especial. Primero, proviene de Dios, el Dador de todo lo bueno, también de las oportunidades, de la esperanza, del amor, de las fuerzas. Segundo, la gratitud no es un talento que algunas personas tienen y otras no; se puede desarrollar, practicar y perfeccionar. Además, es una costumbre que hace bien a quien la recibe, y también a quien la expresa. ¡De verdad que es un regalo perfecto!

Puedes regalarle tiempo a tu familia, haciendo actividades juntos que fortalezcan los lazos de amor que los unen.

La gratitud es un regalo que se recibe con alegría y perdura en el recuerdo como pocos otros.

Del concepto al arbolito

¿Cómo podemos llevar la sencillez, el tiempo y la gratitud a la práctica en regalos tangibles, como para poner debajo del árbol de Navidad? A continuación encontrarás varias ideas que pueden servir de disparador.

  • Determinar, como familia, una cantidad de regalos acotada para intercambiar. Una opción es hacer un regalo por persona. También se puede hacer un “amigo invisible navideño”. En los últimos años se hizo famosa la “regla de los cuatro regalos” para niños: regalarles (1) algo para vestir, (2) algo para leer, (3) algo que necesiten y (4) algo que deseen.
  • Regalar cupones de regalo caseros. Esos cupones podrán ser intercambiados por actividades para hacer en familia y pasar tiempo de calidad juntos. Deberían ser actividades que el receptor disfrute. Algunos ejemplos serían: salir a pasear, tener una cena distinta, pasar una tarde haciendo lo que el receptor elija, jugar un juego de mesa preferido o salir a un día de campo.
  • Realizar una ronda de gratitud. En algún momento de los festejos navideños, se puede realizar un momento especial de gratitud entre todos, en el cual cada persona mencione algunos motivos de gratitud. Esos motivos pueden estar direccionados a algunas de las personas presentes y también a Dios.
  • Enviar tarjetas. Una hermosa costumbre consiste en enviar tarjetas en la temporada navideña. Esta idea puede aplicar tanto el concepto de sencillez como el de tiempo y el de gratitud. Enviar una tarjeta personalizada, donde dedicas tiempo a escribir un mensaje no solo de saludo por las fiestas, sino también de agradecimiento por el impacto de la persona en tu vida, puede ser un regalo único y el inicio de una tradición.

Natalia Jonas vive en Argentina, y trabaja de traductora, profesora de inglés, editora y gestora de proyectos editoriales. Además, se inició recientemente como autora.

Tres regalos para Navidad

por Natalia Jonas
  
Tomado de El Centinela®
de Diciembre 2023